En la segunda mitad del siglo XX se desarrollaron prácticas educativas basadas en el principio de igualdad de oportunidades, así surge la integración de las personas y colectivos diferentes, al reunir determinadas condiciones para ello. En relación a esto, podemos afirmar que todos los alumnos tienen necesidades educativas, pero algunos presentan “necesidades educativas especiales”, derivadas de algún déficit, de una situación desventajosa o de una mala historia de aprendizaje, por lo cual requerirán la implementación de recursos educativos especiales. Sin embargo, al final del siglo XX y principios de este se ha generado un nuevo movimiento educativo y social sobre la inclusión, basado en el principio de oportunidades equivalentes. Esta perspectiva supone que sean los sistemas educativos los que tengan que cambiar, y no la persona adaptarse al sistema. Desde este nuevo enfoque surge el término de “barreras para el aprendizaje y la participación”. Las barreras son los obstáculos que dificultan o limitan el aprendizaje, la participación y la convivencia en condiciones de equidad. Así, a través del principio de equidad los estudiantes con discapacidad, que no suelen tener las mismas oportunidades de aprendizaje que el resto del alumnado, pueden tener una respuesta a sus singularidades y mejorar las oportunidades de aprendizaje. El Auxiliar en Educación Especial adquirirá, a través del recorrido curricular previsto para obtener su título, los siguientes conocimientos, capacidades y actitudes: – Conocimiento científico de disciplinas biológicas, pedagógico-didácticas, psicológicas y sociológicas, que le permitan comprender los procesos de enseñanza-aprendizaje de personas con necesidades educativas especiales, con o sin trastornos en el desarrollo. – Conocimientos propios de la formación docente para la Educación General Básica, a fin de poder actuar como agente en los procesos de integración a la educación común de sujetos con necesidades educativas especiales, con o sin trastornos en el desarrollo. – Conocimiento de la estructuración y el desarrollo humano, a fin de abordar el trabajo educativo desde el nacimiento y en las siguientes etapas de la vida. – Capacidad para sostener un modo particular de escucha, atendiendo a la dinámica transferencial, para abordar al sujeto y comprenderlo en relación a la demanda que le adviene de los padres, de la escuela y de la comunidad. – Habilidad para seleccionar, implementar y evaluar metodologías innovadoras de la enseñanza, que contemplen las demandas de la Educación General Básica, que favorezcan el desarrollo de las capacidades básicas y los conocimientos que beneficien la inclusión social de la persona con discapacidad y detectar las posibles barreras para el aprendizaje y participación. – Actitud crítica y flexible que le permita una evaluación continua de su tarea profesional y la incorporación de los cambios que demanda la acción educativa. – Actitud de respeto e integración a los diferentes grupos/equipos interdisciplinarios con quienes compartirá su actividad profesional. – Actitud ética y compromiso ante la profesión docente.